Ermita de San Antonio de Bronchales




Ermita de San Antonio de Bronchales
Advocación
San Antonio Abad
Uso actual
Ermita
Municipio
Bronchales
Lugar
Casco urbano
Ubicación
Se encuentra en el centro del pueblo, en la plaza de san Roque (c/. Chorrillo)
Coordenadas
UTM: 619690987.7, -4485523325.6
Mapa Google
http://goo.gl/maps/ytiZ
Restauración
Renovada cubierta en 2012
Conservación
Aceptable
Historia
Construida en el s. XVIII.
Patrimonio inmueble
Se trata de una minúscula y sencilla ermita-oratorio o capilla de planta rectangular. Sus muros son mampostería reforzada con sillares de piedra tallada en las esquinas que actualmente están enfoscados y encalados. Su cubierta de teja árabe a cuatro aguas está coronada en su vértice con una cruz de forja. El muro exterior del lado del evangelio tiene encastrado un mosaico con una escena del calvario. La entrada está a los pies de la nave cerrada con una puerta de madera con dos pequeñas ventanas de adoración que permiten ver su sencillo interior decorado con un pequeño altar de obra.
Patrimonio mueble
Un retablo tallado en madera con la figura de san Antonio, varios cuadros con láminas de escenas sagradas y mobiliario todo ello aparentemente moderno.
Patrimonio Inmaterial
El día de San Antonio, los vecinos daban tres vueltas a la ermita con el animal -fuera caballo, burro, perro o cualquier otro animal doméstico- y recibiera la bendición del santo para evitar desgracias, enfermedades o dolencias de cualquier índole.  Actualmente, esa tradición se ha perdido pero se continúa haciendo la tradicional hoguera y una cena al aire libre amparados al calor del fuego y queda un reducido grupo de devotos que se reúnen para rezar la novena, cantar los gozos, recitar poesías al santo, que es otra forma de orar y pedir su protección.
Referencias
JARQUE DOMINGO, V. (2009)

TRADICIONES RELACIONADAS CON SAN ANTONIO ABAD


                San Antonio Abad, patrón de los animales domésticos, es otro de los santos de gran veneración en los pueblos de la Sierra de Albarracín como o podía ser de otra manera en una zona rural que tenía en la ganadería -sobre todo la ovina pero no solo-  su principal fuente de riqueza y una agricultura de subsistencia necesitada de caballerías para las labores de labranza y transporte y animales de corral como el porcino y el aviar para la alimentación. Su veneración se ve reflejada en el número de monumentos religiosos como ermitas –en el Cañigral de Albarracín, Casillas de Bezas, Bronchales y Gea-, además de diez peirones y numerosas capillas en las parroquias. Son pocos los municipios que en el día de la onomástica del santo patrón del cochino -el 17 de Enero- no llevara sus animales a cumplir con la tradición de dar nueve vueltas con los animales a la ermita (o al peirón en otros casos) para que fuesen protegidos de enfermedades. Además de de esta ceremonia de bendición de animales, se encendía una hoguera, se rezaban oraciones, responsos, jaculatorias, rogativas,  y gozos al santo y se culminaba con una comida nocturna a base de los productos típicos de la matanza que tenía lugar por esas fechas: fritos, chorizos, longanizas, morcillas, tocinos, etc.  todo ello acompañado por pan de cañao o rolletes y vino.


                Como muestra de estas tradiciones, vamos a reflejar unas oraciones típicas de estas celebraciones que hemos recogido en Bronchales que son muy similares a las de otros municipios de los que hemos tenido noticia.

ORACIÓN A SAN ANTONIO*
(A modo de Padre Nuestro)

San Antonio bendito
Bendito eres
Bendito sea el fruto
Que en tus manos tienes
En tus manos tienes la misericordia
Pídele a este niño que nos de
La paz y la gloria...

(El último verso se repite 10 veces)

*Rescatado de la memoria de María Eulalia Pérez de Bronchales

RESPONSO A SAN ANTONIO[1]
(Para las cosas perdidas)

Si buscas milagros
mira muerte y error desterrados,
miseria y demonio huidos,
leprosos y enfermos sanos.

El mar sosiega su ira,
redímense encarcelados,
miembros y bienes perdidos,
recobran mozos y ancianos.

El peligro se retira,
los pobres van remediados,
cuéntenlo los socorridos,
díganlo los antonianos.

El mar sosiega su ira...

Gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo.

El mar sosiega su ira...

Ruega a Cristo por nosotros
Antonio bendito y santo,
para que dignos así,
de sus promesas seamos.

Amén.




[1] Rescatado del recuerdo de Lucinia Dobón Sáez, vecina de Bronchales


NOVENA A SAN ANTONIO ABAD[1]

Puestos de rodillas ante una imagen del Santo, después de persignarse, récese el SEÑOR MIO JESUCRITO…. Y después la siguiente

ORACIÓN PARA TODOS LOS DIAS

¡Omnipotente y sempiterno Dios Padre amantísimo de nuestras almas! Dirigid a nuestro entendimiento un rayo de divina luz, para que, a imitación de vuestro siervo San Antonio Abad, oigamos vuestra voz, cumplamos vuestras santas inspiraciones, despreciando el mundo, sus máximas y vanidades, para que por los méritos de la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo podamos gozar de Vos en el Cielo por los siglos de los siglos.
Aceptad, Señor, nuestras súplicas para conseguir por la intercesión del bienaventurado San Antonio Abad lo que pedimos en esta Novena si ha de ser para honra vuestra y provecho de nuestras almas.

DÍA PRIMERO

¡Oh glorioso San Antonio Abad! que oyendo en la Iglesia las palabras con las que Jesucristo contestó al joven que deseaba conseguir la vida eterna «Si quieres ser perfecto, vende cuanto tienes, repártelo entre los pobres y luego ven y sígueme», no solo repartisteis vuestros bienes, sino que, sacrificando el tierno afecto que tenías a vuestra hermana, niña aún, os separasteis de ella y encomendándola al cuidado de santas vírgenes, partisteis para el desierto.
Que a imitación vuestra, no pongamos nuestro corazón en los bienes caducos de este mundo, sino que con nuestras caridades a los necesitados atesoremos méritos para la vida eterna.
Tres Padres nuestros, Avemarías y Glorias. (Hágase la petición de lo que se desea conseguir en esta Novena).

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh bienaventurado San Antonio Abad! Postrados ante Vos y confiados en vuestra poderosa intercesión os suplicamos nos consigáis del Padre de las misericordias, dolor de nuestros pecados, fortaleza para resistir a las tentaciones, para que llevando una vida verdaderamente cristiana podarnos cantar en el Cielo las divinas alabanzas por los siglos de los siglos.
Bajo tu amparo y protección ponemos también nuestras haciendas, nuestros animales y los frutos de nuestros campos, en suma cuanto el Señor nos ha dado para el socorro de nuestras necesidades.

ANTIFONA

Este varón despreciando al mundo, y triunfando de todo lo terreno, ha amontonado Tesoros para el cielo con sus palabras y sus obras
-              Ruega por nosotros San Antonio Abad
-              Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.

ORACIÓN

Os suplicamos, Señor, nos recomiende ha intercesión del bienaventurado Antonio Abad, para que consigamos con su patrocinio lo que no podemos con nuestros méritos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

DIA SEGUNDO

Todo como el primer día excepto la Oración siguiente propia del día.

¡Oh glorioso San Antonio Abad! Retirado a la soledad para conversar con Dios y oír su dulce voz, que disipa las tempestades del corazón dejando en él una gran tranquilidad, buscasteis allí humildemente las enseñanzas de un santo anciano, que habitaba en el desierto desde sus tiernos años, para así no errar en el camino de la perfección.
Ayudadnos para que, a imitación vuestra nos alejemos del bullicio de las diversiones mundanas, buscando con frecuencia el retiro del templo «que mejor es un solo día en tus atrios que millares de años en los tabernáculos de los pecadores», y para que sigamos documente las instrucciones de los que nos dirigen por el camino del bien que nos ha de conducir al Cielo.

DÍA TERCERO

Todo como el día primero excepto la Oración siguiente propia del día.

¡Oh glorioso San Antonio Abad! Sabedor de que nuestra salvación es don del Cielo que nos es preciso pedirle con constancia, por lo que como enseña San Pablo, «Conviene siempre orar», distribuíais el tiempo entre el trabajo manual, la oración y el estudio de la Sagrada Escritura. Os postrabais de rodillas para meditar los padecimientos de nuestro divino Salvador, pasando con frecuencia las noches enteras en contemplación.
Que a imitación vuestra cumplamos nosotros con las obligaciones de nuestro estado, aceptando resignadamente los trabajos y contrariedades que su cumplimento nos acarree, sacando fuerzas para ello de una oración frecuente, atenta y confiada, teniendo presente lo que nos dice Nuestro Señor Jesucristo: «Pedid y recibiréis, llamad y se os abrirá».

DÍA CUARTO

Todo como el día primero excepto la Oración siguiente propia del día.

¡Oh glorioso San Antonio Abad! «El que se humilla será ensalzado» dice el Evangelio; Por eso cuanto más os escondíais pasando, del desierto al sepulcro, de allí al castillo arruinado y luego a una reducida choza, más y más se extendía a la fama de vuestra santidad, acudiendo hasta de lejanas tierras ersonas a visitaros y a aconsejarsce de Vos.
                Que a imitación vuestra huyamos de la vanagloria para que reconociendo de todo corazón nuestra indignidad, pero confiando plenamente en el poder y bondad de Nuestro Señor Jesucristo, como el publicano del Evangelio consigamos alcanzar la Salvación eterna.

DIA QUINTO

Todo como el día primero excepto la Oración siguiente propia del día.
               
¡Oh glorioso San Antonio Abad! Hasta en el desierto a donde voluntariamente os habíais retirado, apartándonos asi de ocasiones de pecado, os persigue el enemigo de las almas con tentaciones de toda clase, que al ser rechazadas por Vos, irritan al demonio, quien os acomete en forma de animales feroces que os cubren el cuerpo de heridas, heridas que son  repentina y milagrosamente curadas cuando al hacer vos la señal de la cruz desaparecen las furias infernales.
                Que siguiendo vuestro ejemplo nos apartemos de las ocasiones de pecar, ya que «el que ama el peligro perecerá en él» y y si fueramos tentados acudamos al Señor e invoquemos a la Santísima Virgen en la seguridad de que no seremos vencidos.

DIA SEXTO
               
Todo como el día primero excepto la Oración siguiente propia del día.

                ¡Oh glorioso San Antonio Abad! Que ejemplos nos dais de obediencia a las disposiciones de la divina Providencia. Si abandonáis el mundo y os encerráis en el desierto siguiendo la inspiración de Dios, allí obedecéis al siervo suyo a quien tomáis para que os guíe en los caminos del Señor. Pero dejaréis el desierto para fundar Monasterios en cuanto veáis que es esa la voluntad de Dios a la que queréis conformar enteramente la vuestra. Y si el Emperador Maximino desencadena en Egipto furiosa persecución contra la iglesia allí acudirá vuestro celo a levantar el ánimo de los mártires en presencia del mismo gobernador.
                Que a imitación vuestra sacrifiquemos nuestra propia voluntad, no solo en sus desordenados deseos sino recibiendo con resignación las enfermedades y trabajos, que Dios permita que no nos aflijan, como venidos de sus manos amorosas.

DIA SÉPTIMO
               
Todo como el día primero excepto la Oración siguiente propia del día.

                ¡Oh glorioso San Antonio Abad! Cómo arde en vuestro pecho el fuego del amor a vuestro prójimo. Así abandonáis vuestra amada soledad en cuanto lo reclama el provecho espiritual de los que acuden a Vos para ponerse bajo vuestra dirección, así corréis a alentar a los mártires ya que por los adorables designios de Dios no pudierais participar entonces de la gloria del triunfo de esos vuestros hermanos en Jesucristo. Libráis del demonio a los posesos, curáis a los enfermos, hacéis brotar milagrosos manantiales, en suma remediáis las necesidades de alma y cuerpo dé vuestro semejantes.
                Que a imitación vuestra, ejercitemos la caridad con nuestros prójimos remediando sus necesidades, consolándoles en sus  penas y sufriendo con paciencia, sus flaquezas y defectos.

DÍA OCTAVO
               
Todo como el día primero excepto la Oración siguiente propia del día.
                'Oh glorioso San Antonio Abad! "Probasteis cuán grande fue vuestro amor de Dios abandonando el mundo por entregaros a Él, y cumpliendo siempre su santísima voluntad. Y pues es tal la naturaleza del amor, que desea siempre estar en compañía del objeto amado, allá en el desierto, cuando tras una noche pasada en contemplación y amorosos coloquios con Dios alumbraba el sol exclamabais ¡Oh sol, por qué vienes con tu luz a privarme de la claridad de la eterna Luz!
                Que a imitación vuestra amemos al Señor, apartándonos de cuanto le disgusta y mediante la oración y la frecuencia de los Santos Sacramentos procuremos avivar en nuestros corazones la llama de su amor para que al fin de nuestra vida vayamos a gozarle por toda la eternidad.

DÍA NOVENO

Todo como el día primero excepto la Oración siguiente propia del día.

                ¡Oh glorioso San Antonio Abad! Qué preciosa es la muerte de los justos delante del Señor. Como en vuestra santa y larga vida, 105 años, en los que a fuerza de abnegación, de caridad para con los prójimos, labrasteis vuestra corona de gloriosa eternidad, se manifestaron en vuestros últimos momentos, vuestra caridad, vuestra humildad y el desprendimiento de todo lo terreno que habían sido en Vos virtudes preeminentes, dando los postreros consejos a los que os rodeaban, repartiendo vuestras vestiduras, lo único que poseías, y prohibiendo que se hicieran honras solemnes a vuestro cuerpo, por lo que el lugar de vuestra sepultura permaneció desconocido hasta que doscientos años más tarde fue descubierto por revelación.
                Que a imitación vuestra acumulemos durante nuestra vida los tesoros de obras buenas con los que podamos franquear las puertas del Cielo y oir «ea, siervo bueno y fiel, entra en el gozo del Señor».

BENDICION DEL PAN Y LA SAL

¾     Adjutorium nostrum in nomine Domini.
¾     Qui fecit coelum et terram.
¾     Domine, exaudi orationem meam.
¾     Et clamor meus ad te veniat.
¾     Dominus vobiscum.
¾     Et cum spiritu tuo.

OREMUS

Deus, qui fructus terrae ad bonum hominum creasti; quaesumus clementian tuam, ut hune panem, salem et hordeum servís tuis humiliter oblatum bene dicere digneris et virtutem contra rabiem, febrim et omnem infirmitatem benignus infunde; ut omnes, qui ex eis comederint, ab omni malo protinus liberentur. Per Christum, Dominum nostrum. Amem.




[1] Aportados por María Pilar Hervás


COPLAS EN ALABANZAS AL GLORIOSO SAN ANTONIO
(Por el milagro que ha obrado con los pajaritos)
Informante: María Pilar Hervás, Bronchales.

Divino Antonio precioso,
suplícale al Dios inmenso
que por tu gracia divina
alumbre mi entendimiento.

Para que mi lengua
refiera el milagro
que en el huerto obraste
de edad de ocho años.

Desde niño fue criado
con mucho temor de Dios,
de sus padres estimado
y del mundo admiración.

Fue caritativo
y perseguidor
de todo enemigo
con mucho rigor.

Su padre era un caballero
cristiano, honrado y prudente
que mantenía su casa
con el sudor de su frente.

Y tenía un huerto
en donde cogía
cosecha del fruto
que el tiempo traía.

Por la mañana, un domingo
como siempre acostumbraba,
se marchó su padre a misa
cosa que nunca olvidaba.

Y le dijo: Antonio,
ven aquí, hijo amado,
escucha, que tengo
que darte un recado:

Mientras yo estoy en misa
gran cuidado has de tener,
mira que los pajaritos
todo lo echan a perder.

Entran en el huerto,
comen el sembrado,
por eso te encargo
que tengas cuidado.

Cuando se ausentó su padre
a la iglesia se marchó,
Antonio quedó al cuidado
y a los pájaros llamó:

Venid pajaritos,
dejad el sembrado,
que mi padre ha dicho
que tenga cuidado.

Para que mejor yo pueda
cumplir con mi obligación,
voy a encerraros a todos
dentro de esta habitación.

A los pajaritos
entrar les mandaba,
y ellos muy humildes
en el cuarto entraban.

Por aquellas cercanías
ningún pájaro quedó,
porque todos acudieron
como Antonio les mandó.

Lleno de alegría
San Antonio estaba,
y los pajaritos
alegres cantaban.

Al ver venir a su padre
luego les mandó a todos callar;
llegó su padre a la puerta
y comenzó a preguntar:
-Dime, hijo amado,
¿qué tal, Antoñito?,
¿has cuidado bien
de los pajaritos?

El niño le contestó:
-Padre, no tenga cuidado
que para que no hagan mal
todos los tengo encerrados.

El padre que vio
milagro tan grande
al señor Obispo
trató de avisarle.

Acudió el señor Obispo
con grande acompañamiento,
quedando todos confusos
al ver tan grande portento.

Abrieron las ventanas,
puertas a la par
por ver si las aves
se quieren marchar.
Antonio les dijo a todos:
-Señores, nadie se agravie,
los pájaros no se marchan
hasta que yo no lo mande.

Se puso en la puerta
y les dijo así:
-Vaya, pajaritos,
ya podéis salir.

Salgan cigüeñas con orden,
águilas, grullas y garzas,
gavilanes, avutardas,
lechuzas, mochuelos, grajos.

Salgan las urracas,
tórtolas, perdices,
palomas, gorriones
y las codornices.

Salgan el cuco y el milano,
Burlapastor y andarríos
canarios y ruiseñores
tordos, gafarrón y mirlos.

Salgan verderoles
y las cardelinas
calandrias, cogujadas
y también golondrinas.

Al instante que salieron
todas juntitas se ponen
escuchando a san Antonio
para ver lo que dispone.

Antonio les dijo:
no entréis en sembrados,
marcharos por riscos,
por montes y prados.

Al tiempo de alzar el vuelo
cantan con dulce alegría,
despidiéndose de Antonio
y su dulce compañía.

El señor Obispo
al ver tal milagro,
por diversas partes
mandó publicarlo.

Árbol de grandiosidades,
fuente de la caridad,
depósito de bondades,
padre de inmensa piedad.

Antonio divino,
por tu intercesión
todos merezcamos
la eterna mansión.



GALERÍA



Ermita de San Antonio en 2011

Ermita San Antonio en 2012.  Se ha retejado y descubierto la techumbre quitando la escayola que la recubría.